De los 17 glaciares que suministraban agua dulce en el país hasta hace un siglo, ahora solo quedan tres, el Pico de Orizaba, la montaña más alta de México (5.636 metros de altura), localizada entre los estados de Veracruz y Puebla y el Iztaccíhuatl, o "Mujer dormida", entre los estados de Puebla y México, la tercera cumbre del país (5.230 metros).
El caso más grave es el de este último, que cuenta con dos glaciales, los cuales "tienen los días contados y desaparecerán pronto", según reveló al diario local Excélsior el glaciólogo de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Hugo Delgado.
Aunque se presupone que las masas de hielo desaparecerían tarde o temprano, "se ha acelerado por condiciones relacionadas con las actividades humanas y el cambio climático", afirmó el investigador del Departamento de Vulcanología del Instituto de Geofísica del principal ateneo público del país.
La capital mexicana y sus alrededores estaba, a la llegada de los conquistadores españoles, rodeada de lagos producto del derretimiento de los hielos de la última glaciación.
"El agua de los glaciares, al final de cuentas, constituye un ahorro de agua, que eventualmente se precipita y cuando más la necesitamos en la época de secas, nos la provee a través de la fusión", dijo Delgado.
El geólogo afirmó que los glaciares sobrevivientes "son cuerpos de hielo sumamente vulnerables, porque las condiciones climáticas que persisten en la alta montaña mexicana, en particular en el Iztaccíhuatl, no son adecuadas para la existencia del hielo".
"Las masas de hielo ya deberían haber desaparecido, pero sucede que morfológicamente hablando están protegidas por barreras naturales, porque están anidadas en cráteres… se están aferrando, son resilientes y es muy probable que en menos de cinco años ya no haya hielo glaciar" en esa cumbre, expuso.
En cuanto al Pico de Orizaba, indicó que se trata del glaciar más grande que "tenemos en el país, pero también es sumamente vulnerable" porque "es muy delgado" después de llegar a tener 50 metros de espesor, que se ha reducido a la quinta parte y ahora está muy cercano a la extinción.
El glaciólogo expuso que, los glaciares "son los mejores sensores naturales que existen para identificar cambios importantes en el clima" del planeta y el Servicio Mundial de Monitoreo de Glaciares, señaló que desde inicios de este siglo hubo "un retroceso sin precedentes de masas de hielo a nivel global".
Entre los factores que han acelerado este proceso figura la "emisión de gases de efecto invernadero" por la actividad humana, la industria, la movilidad y la energía eléctrica que utilizan combustibles fósiles, pero también algunos procesos naturales, señala.
La Organización Meteorológica Mundial señaló en un informe reciente que México sufrió entre 2023 y 2024 una de las rachas de sequía más severa a nivel global que llegó a afectar hasta a tres cuartas partes del territorio nacional y mantuvo el nivel del sistema de embalses por debajo de su promedio histórico durante 24 meses.
TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS © Copyright ANSA